Escrito por: Arthur Golden
Volumen: Autoconclusivo
Editorial: Punto de lectura
Páginas: 655
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788466369497
Recuerdo que una de las cosas que más me fascinó del libro era su prosa, su modo de relatar los acontecimientos y de describir los más hermosos paisajes. También me fascinaron sus reflexiones, su modo de ver el mundo, la forma en que analizaba a la gente y los diálogos que mantenía con ésta. Recordaba esas sensaciones, pero no qué las había provocado, así que decidí volver a leerlo para comprobar si me seguía impresionando tanto y para marcar aquellas partes que me gustaran, y así poder releerlas cuando quisiera.
Me alegra decir que mi opinión no ha cambiado, aunque, lógicamente, no viví los acontecimientos con la misma intensidad que la primera vez. Algunas partes se me han hecho algo aburridas y espesas, pero las ganas de descubrir el final te mantienen pegada al libro (por eso menciono que es mejor no haber visto la película).
El aire que se respira en este libro huele a fragilidad, a melancolía y a mar, a secretos escondidos entre pétalos de cerezo y a lágrimas de rabia ocultas entre abanicos.
En definitiva, este libro es una delicia para todos los sentidos. Una historia preciosa, unos diálogos y reflexiones muy interesantes y unas descripciones hermosísimas y originales (por ejemplo, la columna vertebral es una soga llena de nudos, un corazón desbocado es como el loco aleteo de un pájaro atrapado, las arrugas son como un árbol con nidos de pájaros en todas las ramas...). Un libro que no deberías dejar pasar si tienes la oportunidad de leerlo.
La casa en la que vivíamos en el pequeño puerto de Yoroido era una «casita piripi», como la llamaba yo entonces. Estaba junto a un acantilado donde soplaba constantemente el viento del océano. De niña, pensaba que el mar estaba siempre acatarrado, porque jadeaba constantemente, salvo cuando se quedaba como sin respiración, antes de soltar uno de sus grandes estornudos -lo que equivale a decir que de pronto soplaban ráfagas tremendas acompañadas de agua de mar pulverizada-. Decidí que nuestra casita se habría ofendido de que el océano le estornudara en la cara cada dos por tres y empezó a torcerse para quitarse de en medio. Probablemente hubiera terminado derrumbándose de no ser porque mi padre la apuntaló con un madero que rescató de un barco de pesca naufragado. De este modo, la casa parecía un viejo borracho apoyado en una muleta.
Si queréis leer más joyas como ésta visitad mi página de aNobii. No os preocupéis por los spoilers, puesto que sólo he añadido algunas reflexiones que hace la protagonista a lo largo del libro y no hay ninguna escena en particular que pueda destriparos el argumento.
Lo mejor: Las ricas descripciones y las reflexiones sobre la vida y las personas.
Lo peor: La polémica que hay alrededor del libro, los Agradecimientos y algunas partes que se hacen un poco cuesta arriba.

2 comentarios:
Me encantó el libro, es precioso. Y también me gustó la adaptación que hicieron con la película ;)
A mi también me gustó mucho la película, aún a pesar de que hayan cambiado algunas cosas y la polémica que hubo por lo de los actores de origen chino. Pero la película es hermosísima, sólo por poder ver la belleza de los kimonos ya valió la pena.
Me encanta el cambio que se produce en pantalla cuando ella es niña y todo lo que vemos es oscuridad y humedad, para luego introducirse en el mundo de las geishas, en el que todo cobra color.
También me gustan mucho los momentos en los que habla la voz en off, que nos regala frases que perdurarán en mi memoria como:
-"El corazón perece de una muerte lenta. Se desprende de cada esperanza como si fueran hojas, hasta que no queda nada"
-"No le puedes decir al sol, más sol. Ni a la lluvia, menos lluvia. Para un hombre, una geisha solo puede ser media esposa. Somos esposas del anochecer"
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